Etapa 3 :¿Pero cómo he acabado aquí?


Amanecemos en Zeven en el camping. Hemos dormido regular porque la noche ha sido muy fría, pero ahora el sol nos despierta calentitos en la tienda.
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Tenemos para desayunar yogur, plátanos y vaso de leche caliente que nos han dado en recepción.

Queremos rodar temprano porque a pesar de estar hasta las tantas buscando , aun no sabemos donde parar a hace noche. Queremos acercarnos lo máximo posible a José y Ana pero no hay camping en la ruta.

La etapa es una verdadera maravilla, verde, agua, bosques frondosos y lagos con nenúfares y novios haciéndose fotos y todo. El día sigue con pueblos que no parecen reales. De echo seguimos pensando que son atrezzo !!!?!?, el escenario de alguna película tipo “el show de Truman”.

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Perdidos en este idílico e irreal paisaje gentiles alemanes nos preguntan si necesitamos ayuda, si entendemos el mapa, si somos felices… Muy como en la Almería de todos los días vaya.

Nos cruzamos con los abuelitos de esos que te dan ganas de abrazar, en bici, con su cubre casco, su chaleco y sus sandalias con calcetines. Es entonces cuando caigo en la cuenta …¡madre mía ,me he convertido en uno de ellos!!
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A eso de las tres, gracias a los abuelos que nos recomiendan un atajo, pues la ruta ya no puede ser mas bonita, llegamos a Hollenstadt y nos paramos a tomar una coca-cola…(es broma, una cerveza) y a pensar que hacemos con nuestra vida. Queremos avanzar para encontrarnos con Jose y Ana y ademas tenemos que hacer la revision de las máquinas nuevas.

Aqui no hay habitaciones libres ni campings…ni aqui ni en ninguna parte hasta llegar a Hamburgo…a tasamente 20 km con que…nos decidimos a llegar a Hamburgo, hay que hacer unos 15 km a la estacion mar cercana pero estamos animados y allá que vamos.

En eso mensaje de la A100 ¿donde vais?, ¡si mañana es Domingo! ¿ como vais  hacer la revision? (la cara de Paco no teine precio).
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Tren que te crió y a las ocho o así llegamos a la ciudad marinera. Durilla la llegada, hay una love parade y está en obras, pero al fin salimos de alli. Tampoco encontramos habitacion aqui , está a reventar de gente (dia del orgullo, festival de hamburgo, partido del Barca y partido de Nadal) y mi alma se empieza a ensombrecer ¿dónde dormimos?

Va a tener que ser camping a otros 8 km. veeeeeenga, daaaaaaaaaaaale, lo que sea antes que tener que dormir en la calle.

Entonces ocurre…fully-booked ¡¡¡nooooooooooo!!! Ya si que no se donde vamos a dormir, oscurece tengo frio y ganas de llorar, al final el cansancio de los km pesan más en el animo que en las piernas. Paco llama a pensiones, se cruza buscando cuaquier motel y no hay suerte. Los hotreles estan a precios desorbitados y lo peor e que están a no menos de 8-10 km y se pone cuesta arriba. En general nos hace basante gracia viajar como pollo sin cabeza, pero justos en esos momentos no, de verdad que no.

Cuando ya no puedo más, viene Paco con la solucion: Hotel, caro, cerca (a menos de un km) sin dudarlo nos vamos como locos a buscarlo.

Tendriais que haber visto las caras de esas personas, limpias, bien vestidas, oliendo a colonia y tomandose una copa en el hall del hotel en sofas de cuero, cuando nos ven pasar.

Súbete al ascensor y nos vemos en el garage para dejar las bicis.

Vale. Y de pronto estoy sola con un japones en albornoz en la tercera planta con su moqueta y todo.

Tras intercambiar alguna indicacion en Japones o quizas algun reproche consigo llegar hasta Paco y dejar las bicis…

  
Ha sido un dia larguisimo y ahora, en el hotel, limpita, duchada y mas descansada, me parece un dia de lo más divertido.

  

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Paco, échate un quesillo con salami y de postre un chocolate. Aquí, una señora.
Vamos vamooooos, que todos os habéis comido un salchichón en la cama de un hotel y lo sabéis.

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