Etapa 8. Blain – Nantes. 60 km 1


Hoy es un buen día. 

Elías no tiene bicho alguno. Juego, set y partido. En dos ratos en la pista de nuevo ?

Anoche fue otra cosa: en la habitación del albergue había uno que roncaba como un oso. Y no era Paco. Bonita noche toledana hemos pasado. Cerca de las cinco nos vencimos y al final hemos descansado un rato.

A las ocho y media desayunando con los demás inquilinos, muy amables la verdad. Recogemos, un últimos vistazo al castillo y a rodar. 

Hoy tenemos una etapa de 50 o 70 km. Si eso he puesto, 50 km según los carteles, 70 km según la guía. Así que sea como sea, revisamos que esté todo a mano: pasas, zumo, pócima secreta (el tubillo de leche condensada) y agua. Todo listo y a dar pedales. Mañana fresquita y luego calorazo, luego llueve y sopla un viento bien fuerte de cara… Luego de cola… Luego no… Luego fresco y así sucesivamente, porque si hemos aprendido algo de la Bretaña es que: DE TODO HAY. Hasta maizales, tramos con carretera al lado (por primera vez), aspersores gigantes que nos bañan, de todo. Eso sí, sigue siendo igual de bonito. Tanto que Paco dice de no hacer fotos porque son todas iguales. Pero Lalá tiene una razón de peso: tenemos followers y nos debemos a ellos ?

Hacemos 27 km sin enterarnos la verdad. Llegamos a una señal que resulta ser un punto de inflexión y de confusión. Mientras Lalá se come una pasillas, Paco estudia mapas, Paco y al menos tres parejas más nos preguntamos como sigue el camino. Un trio va y vuelve por dónde ha venido, un matrimonio se va por otro lado y no sabemos dónde habran llegado y nosotros nos vamos por dónde nos mandan un par de pollos que van hacia norte y que nos dicen que si ,que si, que Nantes está pa’lla y que se llega en dos horas, si vas a 20 km/h. Creo todavía se están partiendo de risa los amiguillos.

Comienza la gimkanaaaaaaaaaa!!

O sea que para las 12:00 teníamos hechos 30 km. Y cuatro horas después estábamos en medio de un campamento de verano dónde unos niños que saltaban a la comba nos jaleaban, llegando a un picadero dónde había otros 20 o 30 niños montando  y una tía dando cuerda a un caballo que se ha descojonado al ver a Lalá llorar de risa nerviosa. Bueeeeeeno, vaaaaaaaaleee. No es por aquí, eso está claro. Vuelve por dónde el campo de tiro con arco, pasando por el embarcadero y 

¿Y?

Y YO QUE SÉ. NO SE CÓMO HEMOS LLEGADO A ESTO LA VERDAD. BUENO, si, siguiendo al GPS. El programador de Google todavía se está descojonando en su despacho.

Apagamos el teléfono, tiramos de intuición, de señales y de piernas, porque Nantes no tiene ni un sólo metro horizontal. Mucha tela. 

Cuesta arriba, cuesta abajo, sube a la  cima, baja al canal, sube la cima y baja otra vez al canal….y así llegamos finalmente a Nantes. Llegar a una gran ciudad siempre nos resulta complicado, el tráfico, las señales, las equivocaciones… Pero esta se lleva la palma. Al final tras 60 km estamos en Nantes. El camping está completo, es lo que tiene ir como pollo sin cabeza, que si no reservas, puede que no haya sitio. 

Tenemos suerte y damos con una habitación en un hotelillo, eso sí, en todo el centro. Ducha, paseo, buscar algo para comer, algo para la cena… Además nos escapamos a ver el final de nuestro camino, la exclusa número uno!! . Somos unos campeones, unos globeros si, pero hoy somos unos globeros contentos. 

Vuelta al hotel con un vinillo y un queso, todo muy francés, que estas gentes cierran las calles y habrá que estar prevenido. Ahora a preparar la vuelta, que hay que retroceder a Brest a por nuestra Furgo.

Viajar con un sacacorchos es muy “pro”

Os vamos contando, un abrazo a todos. Hoy en especial a Eli, María y Martina.


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