Una etapa muy chula. Por fin bajan las temperaturas, para el medio día estamos en el camping. Este día conseguimos salir temprano -sobre las nueve y media- el camino está bastante bien y nos perdemos poco para ser nosotros.
Le hemos cogido el vicio a los mapas que son bastante mas fiables que el GPS que se le va la cabeza y en lugar de llevarte al camping te lleva al camping del Dragon-Khan. Las copilotas, que somos La A100 y yo nos comunicamos por las emisoras (cacharras) y nos confirmamos de manera obsesiva la ruta:
– ¿Tu lo ves en el mapa?
– Si, ¿sale en el tuyo?
– Si, si, es para arriba, ¿coincide?
*Siempre coincide, es lo que tiene llevar el mismo mapa, pero así parece que vas como mas tranquila*
– ¿Y con el GPS, coincide?
– Si, ¿y con el tuyo?
– Tengo copia?
– Roger, roger, ¿y tu tienes copia?
– Errrrrrreeee que siiiiiiiiiii
*Un número*
El Camino se hace muy bonito: verde, montañas, humedad, 26º, vacas,… y ¡por fin estamos en los Alpes!. Medío día llevamos en los Alpes y ya merece la pena MAAAAE MÍA, hemos tenido que hacer 1500 km para ponernos unos calcetines.
Aiguebelette significa aguas bellas – y tanto que lo son, hemos llegado al lago y estamos como locos de contentos- está todo verde y rodeado de montañas, es tan bonito que hemos pensado que ya no nos tendremos que mover más. Como hemos llegado pronto vamos a comer como señores: espaguettis con tomate, salchichas, queso, una ensalada fresquita y nectarinas que le hemos comprado a un vejete en un puesto de carretera (versión francesa de los melones de la mancha). Un baño, un paseo buscando una panadería, cena en la caranavaca y a dormir después de unas risas. ¡¡Que gran día!!