Etapa 6 Cochem – Coblenza. 12 julio, 59 km


Otra etapa buenísima. Hace menos calor, hace calor menos horas y eso encima de la bici se nota.

Hemos amanecido con mucha paz, hasta las ocho remoloneando…y es que anoche salimos a cenar: recién duchados y hechos pinchos nos vamos unos tres km a Cochem a un wien-biergarten a las orillas del Mosel, con el castillo enfrente y con un estupendo concierto de alguien muy famoso allí en su Alemania natal. Bueno, pues después de darnos un homenaje (curry-wurst y bratwurst con mostaza especial de un molino histórico que está al lado)

El bar
Vistas desde el bar

Nos damos un paseo por la ciudad para tomar un helado en el callejón de los borrachos del pueblo (que los hay) y para rematar nos encontramos con un castillo de fuegos artificiales…

Total que después de perrear hasta las ocho en las weissenetas, nos ponemos en marcha. Durante los primeros tres km casi que volamos porque la pista lo permite luego una mañana de las más chulas, una etapa de mountain-bike total, entre árboles, pista de tierra, incluso cruzamos un arroyo…una pasada de sitio, habrán sido así quizás los primeros 20 km.

Algo de viento, pero fresquito y agradable.
En eso que comienza un desfile de pueblos preciosos, de verdad que no parecen reales, ¡¡son auténticos decorados!!.
A eso de los 30 km paramos a comer, como hoy queremos hacer unos 60 km comemos en ruta que siempre es más rápido y más ligero: «fideos curry»  (pero con su salchicha y todo oiga), «kartoffel salat» y de postre un par de plátanos, que hay que coger energía. Después  de cocinar nuestras exquisiteces  en el parking de un supermercado seguimos adelante, ah! El pueblo se llama Gondorf (no te digo ná y te lo digo tó).

Partimos en busca de Coblenza disfrutando de los últimos km de este afluente del Rin que es el Mosel. La verdad es que nos da pena terminarlo, es tremendamente bonito y ha ido mejorando conforme llegaba a su fin. Al llegar a Coblenza hemos ido al lugar donde confluye y desparece el Mosel para unirse con el Rin.

Hemos paseado por Coblenza, y como siempre que llegamos a una ciudad tenemos la misma sensación: a pesar de ser más espectacular (Castillos, puentes, tiendas, monumentos,…) ni de lejos es tan bonita como los pueblos por los que hemos pasado.

A veces tengo la sensación  que tengo  memoria llena, intento retener tantas imágenes, tantos lugares y tantas sensaciones  que creo que es imposible que recuerde más … supongo que por eso, como casi todos los viajeros, llevamos una libreta a mano.

Y bueno, como mañana tenemos que iniciar la segunda parte de nuestro viaje (eurovelo 15 por Alemania) nos vamos pronto al saco ojeando la guía nueva que acabamos de comprar para ver por donde cae Rotterdam.

El track:

Las fotos:

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