¡Lo hemos conseguido! A las ocho y media estábamos en pie. Ayer reservamos dos cruasanes, una baguette y una napolitana. A las 8:30 estábamos desayunando como buenos alforjeros. Ya empezamos a coger el ritmo y hoy tenemos un ambicioso plan: llegar a Josselin. En este camping hemos encontrado a un par de familias españolas y van allí también….. Son más de 70 km pero no hay miedo (y no vamos a ser nosotros menos, cullons!). A rodar.

Ni de coña. O sea, que a las diez estamos en ruta y a las doce en Pontivy. ¡Vamos on time!…..

PSSSSSSSS! Pinchazo inmediato. La rueda de Lalá casi que literalmente revienta. Lo tomamos como una señal divina para adaptarnos al horario francés y comer a las 12:30, que es pronto hasta para Paco.

Así que dejamos el arreglo para más tarde y entramos en un restaurante. Como dos señores (eso si, disfrazados de ciclistas). Nos damos un homenaje.

Terminamos de comer y empezamos a arreglar la rueda (véanse dos fotos más atrás). Mal asunto, como hemos dicho no es un pinchazo, es un reventón por puro desgaste de la cámara y el parche no queda bien. Crucemos los dedos y que aguante.

NO AGUANTA. Mierda, es domingo. No hay dónde comprar una cámara. 

¡¡¡Booooooking.com a tiiiii te invoco!!!!

Y aparece una habitación a dos kilómetros. Dos kilómetros es poco a no ser que no quieras reventar la cubierta y:

Vayas haciendo un caballito con las alforjas, cuesta arriba y sean dos kilómetros….y pico ???

Al final no fue para tanto. Llegamos, nos duchamos, descansamos, nos vestimos de persona y fuimos a dar un paseo por la ciudad. Y antes de las diez en la cama, que estaba bien rica.

Un kebatillo con clase antes de dormir.

?????

Ni no ninoní no ninoniiiiii